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Ud. preguntará por qué votamos

  • Foto del escritor: Circo Criollo Revista
    Circo Criollo Revista
  • 2 ago 2019
  • 6 Min. de lectura

Por Leonardo Alonso

Análisis

Hay veces que los análisis políticos y coyunturales devienen de argumentos, datos o propuestas ideológicas, y hay otras en que dicho análisis encuentra fronteras en la simpleza de la evidencia y explicación de las funciones de quienes asumen la responsabilidad de la administración del Estado.

El objetivo de cada análisis en tiempos electorales no tiene otro fin que el de poner sobre la mesa, y claramente, el valor de las palabras en función de las propuestas y las metas, que insoslayablemente debe incluir a toda la población. Y esto no debe quedar en una pretensión intelectual, no hace falta ser experta o experto en cada materia para darse cuenta de lo tangible, o visualizar un objetivo previsible con condiciones objetivas.

La sola exposición de ciertos datos y funciones explica de forma contundente el valor de la elección, ya que lejos de comprender valores personales, declarativos o absolutos, es simplemente una decisión coyuntural que va a definir el camino de nuestra comunidad y por ende la nuestra durante varios años.

Votamos

Soy un convencido que en cada elección se “valora” el gobierno de turno, sin por esto intentar minimizar los demás factores de poder que influyen en las decisiones, que por otro lado deben ser incluidas en dicha selección.

Es entonces imprescindible comenzar por los discursos de la campaña previa a la elección que definió el poder, lo que sucedió durante el gobierno y finalmente lo que prometen va a suceder, punto en el que incluyo las propuestas de la oposición.

Ahora sí

Tanta introducción define mi propio criterio a la hora de elegir, y empiezo por el principio.

Las definiciones de campaña del actual oficialismo eran difusas y soslayadas, basadas en muchas de las cosas que debieron aclarar que no iban a hacer, incluso con respuestas ambiguas ante inquisiciones dudosas de “periodistas” amigos. “No vamos a devaluar”, “El dólar no va a ser un problema en mi gobierno”, “La inflación es la demostración de tu incapacidad para gobernar”, etc. Acompañadas de grandilocuencias vagas, “Pobreza cero”, “Vamos a unir a los Argentinos” y “Derrotar al narcotráfico”, y una visión casi caricaturesca de un republicanismo institucionalista, todas propuestas desafiadas en su sobreactuación por la actual gobernadora de la Provincia de Buenos Aires, apoyada por operaciones y blindajes mediáticos a sus discursos aún menos trascendentes.

Es decir, esconder hasta sus equipos económicos para no dar definiciones concretas, más que aquella de podemos vivir mejor aún sin quitarte los derechos y mejoras obtenidas, valoración que aún hoy se hace del período anterior.

Allí comenzó un bombardeo de lugares comunes, sin explicación racional alguna, para colonizar nuestra subjetividad con discursos inverosímiles, cercanos a la perversidad, tendientes a autoflagelarnos por habernos permitido disfrutar de una vida mejor; para mí con su peor representación posible en el discurso de la Gobernadora Vidal en su primer inauguración de clases ante decenas de familias humildes diciéndoles que” les habían hecho creer que podían tener calefacción, electricidad y servicios” (SIC). Es decir, hicieron campaña diciendo que podíamos vivir mejor y apenas agarraron la lapicera nos dijeron que vivíamos demasiado bien.

Apenas asumieron, la devaluación nominal real superó el 50%, acompañando quitas de retenciones al agro y la minería, quita de subsidios a los usuarios y usuarias de los servicios, desregulaciones al sistema financiero, toma de deuda, etc. Esto no sólo no significó una mejora de la generación de riqueza ni un gasto menor del erario público, sino que además sucedió todo lo contrario.

Medidos desde el comienzo de su gobierno, 3 de los 4 años hubo caída del Producto Bruto, es decir, pérdida de la generación de recursos por caída de la actividad económica, el 70% de lo que producimos lo consumimos, y cerca de mismo porcentaje explica los ingresos al erario público.

Es decir que la razón por la que una leche aumentó de $9 a $60, que cierren 43 pymes por día, que hayamos naturalizado el hecho que hace 17 meses la actividad industrial se caiga a un promedio de 6 o 7 puntos mensuales es la consecuencia directa de un programa económico, que es ni más ni menos que un proyecto político, sin vueltas, sin excusas y sin mentiras. La economía no es matemática, sino que responde a la visión que tenemos de nuestra comunidad, a nuestras prioridades y por ende al objetivo de nuestras decisiones.

Se cierra el círculo

Ya casi con el período de gobierno agonizando podemos recordar viejas promesas o no, pero al abrir la heladera, al pagar la tarjeta, al abrir la factura de gas o de luz, o en el simple momento de decidir si compramos leche o no, las conclusiones superfluas, las promesas de vidas ulteriores, las supuestas necesidades de sufrimiento para un alivio que nunca llegan hacen imposible la discusión ficticia o las caras de circunstancia.

Ya con las elecciones encima y la pérdida absoluta del control de la economía, se quedaron sin cintura, ya no pueden gambetear la realidad, y por ende, la inventan.

El problema ya no es el sostén de un discurso, sino las explicaciones insultantes basadas en mentiras descaradas.

El raid de inauguraciones sobreactuadas, vino acompañado de falsedades para poner en un cuadrito, lo que dejó entrever las viejas sospechas de engaños furtivos en contextos que sin duda eran mejores que los actuales.

PRECIOS: Dijeron haber bajado un 30% el precio de las mismas obras, otro engaño de Iguacel, la licitación en la que basó su patraña no incluía lo ya construido, por lo que la diferencia no era tal.

RUTAS Y PAVIMENTO: “Ya terminamos 7.600 km, entre autopistas y rutas, y tenemos 13.480 km en construcción”, falso, Los nuevos kilómetros construidos son 461

CLOACAS: Más allá de recordar el escándalo del intento de estafa en Morón de Mauricio Macri y Rousselot, quisieron instalas la idea que nunca se hicieron más cloacas que en éste período, otra mentira, la propia Secretaría de Infraestructura y Política Hídrica del Ministerio del Interior los desmintió, el acceso al agua potable, así como a las cloacas, la cobertura urbana era de 87% de agua y 58% cloacas, mientras que a fines de 2018 la cobertura había llegado a 88,6% y 62,5%, por lo que según las “estimaciones” de la propia Secretaría la mejora en todo el gobierno de Macri fue de solo 1,6% en el caso del agua y de 4,5% en el de las cloacas.

Todo sin dejar de señalar que dado el aumento brutal e insensible del gas, ya hay 87000 familias que se han desconectado del servicio de red de gas natural dada su imposibilidad de pagar ese servicio, así como la caída interanual de del 5,4% de consumo de energía eléctrica, incluyendo una baja del 8,7% en la demanda de energía del sector industrial.

El escándalo no se detiene en los resultados tangibles de la destrucción de la vida cotidiana tal como la conocíamos hasta no hace tanto, sino en los intentos absurdos de explicaciones insultantes, hasta para quienes de algún modo intentan cierta ambigüedad.

La ausencia del presidente en actos oficiales y públicos se reemplazan por reuniones valladas. En pleno acto del día de la Bandera, ante pibes y pibas de un club de Rosario, Macri habló sobre Moyano, intentando un tiro por elevación al sindcalismo, escollo insoportable para el cumplimiento de una de las condiciones del Fondo, la precarización laboral y anulación de derechos de las trabajadoras y trabajadores, así como la previsional, ya que no alcanzó con los 100000 millones que les sacaron en 2017 ni las 175000 pensiones por discapacidad dadas de baja en forma arbitraria e ilegal.

Así como el presidente es un ombú en la espalda para las aspiraciones de los gobernadores y especialmente para la gobernadora de la Provincia, la tendencia del marketing amarillo fue soltar a Vidal en un raid mediático que duró, supongo, menos de lo que planeaban.

La gobernadora ensayó en estudios embelesados con su actuación, pero apenas recaló en mesas sin tanto presupuesto, las cosas se le complicaron. Ensayó así la lectura de panfletos berretas, la desocupación aumentó porque aumentó la población y la gente que busca trabajo, los pobres no son tanto porque ahora pueden usar zapas blancas, o esa manía de asentir con la cabeza mientras practica la mueca de tristeza ante la conclusión de cualquiera que ve la realidad de gente que se cae del sistema, las escuelas cerradas, las que explotan dejando muertxs, los tiros por la espalda de la policía, las vacunas que ya no están y la comida que escasea en los comedores en los que se multiplicó la demanda.

Estos conceptos se repiten en cada gestión que ejercen quienes devienen del riñón.

La realidad es más simple que tecnisismos, la gestión de la economía tiene por objetivo el mejoramiento de la vida cotidiana de la comunidad como eje principal, cuidando variables macro que no impidan que ese mejoramiento sea posible en el tiempo, pero nunca dejar el objetivo primero.

El Estado es la comunidad en su conjunto, su administración tiene los suficientes resortes como para atender todas las necesidades urgentes, todos los proyectos de corto, mediano y largo plazo, por lo que cualquier suposición que modifique prioridades tan claras como la comida y el asfalto no son más que una farsa, una construcción casi perversa de una realidad que no existe.

Ese engaño entra fácilmente con la superficialidad, la simplificación que promueve la imagen. El hospital carece de reactivos, pero la guardia está pintada, hay escuelas de Vicente López no tienen gas, pero todas las mañanas pasa un señor con ese coso que hace un ruido infernal para sacar las hojas de las plazas que continúan con las barandas pintaditas, es decir, 15000 personas con HIV se quedan sin vacunas, pero duplicaron el presupuesto para la pauta publicitaria en los canales que te muestran las paradas de bondi nuevas.

Una elección es eso, una elección.

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