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Arte con Vuelo- La Pajarera Circo

  • Foto del escritor: Circo Criollo Revista
    Circo Criollo Revista
  • 4 may 2019
  • 4 Min. de lectura

Actualizado: 6 may 2019

La Pajarera- Maquinista Carregal 3036. Pajarera Circo en Facebook e Instagram.


A unas cuadras de la Avenida Velez Sarfield, en pleno centro de Munro se levanta una bella casa donde se nota que hay mucho esfuerzo y dedicación en los detalles. La Pajarera Circo está ubicada en la calle Maquinista Carregal 3036, zona fabril del barrio, en la que aún se mantienen algunas fábricas y otras fueron restaurándose y haciéndose casa, negocios,etc. Antes de que Luciana Álvarez, su dueña, y Juan, su pareja se embarcaran en este loco y hermoso proyecto, funcionaba una tornería en los años ´60 y luego una herrería; pero que con las diferentes crisis que atravesó el país, terminaban cerrando.

Comenta que ella comenzó a hacer circo cuando tenía 19 años y que recorría Europa, sobre todo Italia con el Trapecio a Vuelo, que tanto le costó trasladar , pero que era una disciplina que en Europa aún no era tan popular. Allí creó un espectáculo llamado “ Circo Charibari” por el momento en el que todxs lxs artistas quedan en el centro del circulo dónde se desarrolla el show o momento en el que se realiza la apertura circense , aunque se escribe con “v” , decidieron escribirlo con “b” a modo de rebeldía. Pero siempre “le tiró el barrio” y después de años viajando decidió volver a Munro y soñar con su propio espacio, pero que a su vez sea un lugar de referencia para el barrio, donde haya actividades y espectáculos y los vecinos lo sientan como un mimo. Un acto revolucionario.

Este es el 10º año que se abren las puertas para el espectáculo. Hay grupos de acrobacia área de madres con niñxs, donde Luciana nos cuenta que se genera algo muy interesante porque se van afianzando y desenvolviendo los vínculos familiares a la vez que se aprende a respetar los tiempos del otro, los espacios, el cuidado del cuerpo y a cultivar el mundo interior tanto de las madres y de lxs niñxs.

Luego tienen tres grupos de niñxs que hacen circo donde van introduciéndose de a poco a los juegos, pantomima y adquiriendo las diferentes técnicas. Comienzan las clases con un entrenamiento en donde los niñxs usan objetos de un baúl y experimentan con ellos. Esto genera mucha sorpresa en Luciana y en los profes ya que a veces terminan utilizando los objetos con diferentes utilidades, que no es la propia del objeto; y esto es algo que perdemos los adultos. Estas prácticas estimulan su imaginación, y a través de este entrenamiento es que van creando y comprendiendo las diferentes actividades circenses.

También hay un grupo de jóvenes que van desde los 10 a 14 años al que llaman “Circo Joven” y luego los grupos de adultos que tienen práctica tres veces por semana en donde hacen tela, trapecio, aro, ejercicios de equilibrio con cuerda floja, por lo que demuestra una gran integralidad en esta disciplina.

Una novedad que ha llegado al espacio es el Taller de Flexibilidad y Elongación orientado a la salud articular. El mismo busca un enfoque holístico en donde se favorece a demás del desarrollo de la mente y el cuerpo, un bienestar integral para la salud. Dicho taller es para todas las edades.

Otro aspecto que enuncia Luciana es sobre su oficio como artista y como el mismo no es reconocido como un trabajo por la sociedad sino como una actividad de ocio. Remarca la necesidad de que se comprenda que es un trabajo que lleva mucha dedicación, amor, esmero y creatividad , que luego lleva a crear estos espacios culturales, obras y actividades que retribuyen a la sociedad, creando valores colectivos y afianzando lazos de solidaridad.

A raíz de todo lo que sucede por la crisis y por el vaciamiento de políticas en relación a la promoción cultural, se implementan diferentes alternativas que posibilita sostener los espacios autogestionados. Por ejemplo los diferentes espectáculos que se realizan en La Pajarera son muchas veces a la gorra, en los cuales participan artistas de todas partes del mundo, y es muy llamativo como pasan a desembarcar en nuestro querido barrio de Munro.

A su vez , se debe remarcar el esfuerzo que se hace tanto desde los y las profesoras y de los alumnos para seguir participando de las clases y que no se pierda ese espacio que hace bien al alma y al cuerpo. Estas actividades y la participación de todas y todos, en estos contextos, marcan mucho la diferencia ya que lo primero que deben recortar las familias son las actividades culturales, y sostenerlas es un acto de revolución grandísimo.

Siguiendo en esta línea, no podemos dejar de expresar que el avasallamiento de las medidas neoliberales en nuestro país , les impide a los espacios culturales tener un pleno desenvolvimiento de las actividades, porque las tarifas son exponenciales y los que bancan los talleres y las movidas culturales somos las trabajadoras y trabajadores que ponemos el cuerpo, resistiendo, buscando nuevas formas y métodos de demostrar nuestros descontentos. Pero como con la tristeza no podemos hacer nada, debemos combatir con el amor y la conciencia.

A pesar de las dificultades que generan sostener un espacio independiente, alternativo, Luciana se siente agradecida por haberle hecho caso a su corazón y a lograr concretar las cosas que parecían imposibles. “El arte callejero y el circo se trata de poner el cuerpo hasta el infinito, encarar a la gente y salir al ruedo”


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