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Raúl Scalabrini Ortiz y el desembarco neoliberal en la Argentina.

  • Foto del escritor: Circo Criollo Revista
    Circo Criollo Revista
  • 20 dic 2018
  • 4 Min. de lectura

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Aunque es correcto ubicar en 1976 el inicio del ciclo neo-liberal, es preciso también señalar que su desarrollo político e intelectual comienza apenas derrocado el peronismo en 1955. A partir de entonces un amplia gama de organizaciones culturales, políticas, educativas y empresariales comenzaron la ‘batalla cultural’ contra la izquierda, englobando en la misma al peronismo.

En ese contexto Benegas Lynch, uno de los animadores de la temprana movida neoliberal invitó a la Argentina al economista Hayek, un destacado teórico del neoliberalismo.

RSC estuvo presente en una de sus conferencias y de ella rescatamos este documento histórico.

“Si la libertad económica no alcanza para todos, la queremos para nosotros.”

Durante varias semanas el profesor austriaco Federico von Hayek –de fama ‘mundial’, según pueblerinamente dijo La Prensa, en verdad un pobre diablo sin importancia- entretuvo a su auditorio con piruetas verbales que giraban en torno a una abstracción de la palabra libertad, cuyas virtudes en este país nadie discute. Queremos la libertad, pero para nosotros, no para los consorcios extranjeros que financiaron el viaje de von Hayek, quien para decir lo que dijo no necesitaba ser economista. Lo mismo pudo ser astrónomo, pedagogo o paleontólogo. Tampoco fue mucho el gasto de ingenio. Con el que derrocha Ramón Gómez de la Serna, von Hayek queda abastecido por media docena de conferencias.

El desenfadado austriaco no tocó nunca el problema esencial de la economía en relación con la libertad, y que es este: la libertad disponible no alcanza para todos y la dificultad reside en resolver como la distribuimos. Alegar en favor de la libertad en abstracto es perder el tiempo, porque es como alegar a favor del apetitoso saber de la carne de pollo, en que todos estamos de acuerdo. En lo que discordamos es en convenir quien se come el pollo: o vos o yo, o los grandes consorcios extranjeros o el pueblo argentino.

El problema de quien se cómo el pollo o quién se beneficia con el uso de la libertad económica disponible, es el campo de batalla de la larga lucha sostenida por el pueblo argentino y los llamados capitales extranjeros.

Al despedirse de nuestro país, von Hayek dijo que no comprendía las razones que abonaban este diferendo, con lo cual eliminó hasta el último resto de autoridad de sus opiniones.

“No entiendo bien que es lo que se quiere expresar con la mentada palabra colonialismo –dijo von Hayek-. No puedo imaginar que un país con un grado de evolución como el de la Argentina pueda temer que, al abrir sus puertas a las inversiones extranjeras, vuelva a su estado colonial.” Pag. 170

Artículo publicado en ‘Bases para la reconstrucción nacional (1965)’.Raul Scalabrini Ortiz (1898-1959) Escritor, periodista, ensayista. Militante de Forja durante la década infame. Uno de los intelectuales que develó la dependencia al capital británico y su impacto en la económica y la política argentina.

Vivió y murió en Olivos. Ninguna calle de nuestra ciudad lleva su nombre, aunque si podemos disimular que la ciudad homenajee a gobernadores que llegaron al poder mediante el fraude electoral o al primer genocida de la Argentina.


Quien era Hayek?

Friedrich von Hayek, fue un economista austríaco y premio Nobel, referente económico de Margaret Thatcher y padre fundador del neoliberalismo. En 1981 afirmó a un periodista chileno “que un dictador puede gobernar de manera liberal, así como es posible que una democracia gobierne sin el menor liberalismo. Mi preferencia personal, dijo, es una dictadura liberal y no un gobierno democrático donde todo liberalismo esté ausente”.

Victoria Aidar, en su investigación sobre el liberalismo de posguerra argentino plantea que en el marco de los debates, re-impulsados en 1955, sobre el "desarrollo argentino", los liberales hicieron particular hincapié en la restricción que, durante el período 1946-1955 habían sufrido las libertades económicas. En relación a este aspecto, habían hecho suya la hipótesis articulada desde el campo neoliberal en la década de 1940, que sostenía que el peligro para las libertades radicaba en las medidas estatales de dirección de la economía, fundamentalmente, en las técnicas de planificación centralizadas (así, los "planes quinquenales" y "planes nacionales de desarrollo"), sea que estas se aplicasen en contextos "democráticos" o "dictatoriales".

Desde ese punto de vista, todas las regulaciones en la vida económica -que en la Argentina ensayaron, desde la década de 1930, gobiernos de distinto signo político- eran expresión del "totalitarismo económico" y conducían, a la postre, al comunismo. Como expresión de la trabazón imaginada entre las medidas de regulación económica y el autoritarismo el Ing. Álvaro Alsogaray alertaba que los controles económicos estaban imbricados con el ejercicio, por parte de los gobernantes, de "poderes excepcionales".

Esta posición, célebremente plasmada en el best seller Camino de Servidumbre (Hayek 2010 [1944]) involucraba una relectura ético-política de las libertades económicas. De esta manera, se descalificaban las opiniones que, desde el "exterior", acusaban al liberalismo de "puro materialismo" o lo equiparaban directamente al capitalismo; pero, al mismo tiempo se ponían en discusión las perspectivas que, desde el "interior" de ese campo, sostenían una concepción "ético-política" del liberalismo que restaba centralidad a los principios económicos y lo disociaban del sistema de la libre competencia, confiriendo legitimidad, incluso, a aquellas estrategias socialistas que fueran compatibles con la realización moral del hombre . En: ¿"CUMPLIMIENTO ESCRUPULOSO DE LA LEY"?: LAS INTERPRETACIONES LIBERALES DE LA "LEGALIDAD" (ARGENTINA, 1955 -1973) por Victoria Haidar

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