Andenes rigurosamente en peligro.

Belgrano Norte

Con contratos vencidos y dos prórrogas, la última de la cuales vence el 31 de marzo, el grupo Emepa-Romero que opera el Belgrano Norte, formará parte de la pesada herencia que dejará el macrismo a la próxima administración peronista.

El Belgrano Norte junto con el Urquiza son las últimas reliquias del sistema de privatización de los ferrocarriles impulsadas por el neoliberalismo de los ’90.

Según las fuentes bien informadas, dos cuestiones deberá resolver la nueva gestión.

La primera será la revisión del proceso licitatorio que Dietrich puso en marcha casi al finalizar su gestión y con el panorama electoral adverso. En ella se destaca un pliego de licitación que incluye un programa de participación público privada encubierto para la financiación y repago de las inversiones. Y por si esto fuera poco como para generar el rechazo de la próxima administración, incluye una modalidad de concesión integral que no está prevista en la ley marco que regula la administración de los ferrocarriles.

Frente a semejante panorama lo más probable es que esta licitación caiga, por lo que se abren nuevos interrogantes. Básicamente si se prorroga una vez más la actual concesión o bien se procede a reestatizar el servicio.

Aquí no puede dejar de estar presente la voz de los usuarios, que han visto como el Belgrano Norte ha decaído en su prestación y pone en riesgo permanentemente a todos los que utilizan este servicio con andenes provisorios y obras eternamente en ejecución, que conllevan riesgos permanentes para la población. Y lo que es fundamental, si esta concesión podrá garantizar la modernización del material rodante, hoy una pieza de museo, si no es capaz de concluir en tiempo y forma una obra elemental de andenes.