Atanor: Jorge Macri Alquila
- Circo Criollo Revista
- 4 mar 2019
- 4 Min. de lectura
Un negociado contra el barrio
Por Oscar Edelstein

Hace dos años exactos cerraba la planta Atanor de Munro, una empresa con más de 80 años y baluarte del progreso de este barrio.
Como se recordará, el cierre fue intempestivo y lxs trabajadorxs fueron notificados mediante un simple cartel de papel colocado en la puerta del establecimiento:
“Lamentamos informar que la planta cesara su actividad productiva. Entendemos el impacto que está decisión tendrá.”
Luego de varios meses de especulaciones sobre el destino de este predio, Rosa Lobo, ex concejala del peronismo y vecina del barrio, comenzó una campaña por Facebook alertando sobre las irregularidades que se estaban produciendo.
Vecinos y autoridades de Vicente López. Barrio Munro y Carapachay especialmente. Hoy pretenden habilitar un precinto industrial en el predio de Atanor. No cumpliendo con la Ordenanza 11636 siendo que Atanor fue una industria de tercera categoría ambiental. Van a permitir habilitar por excepción sin plano. Sin cumplir con la Ley 8912 de uso del suelo. El peligroso privilegio que le darán a la empresa Trady S.A. de servicios inmobiliarios no los exceptuará de ser solidariamente responsables a Trady S.A. A los concejales que lo voten, al ejecutivo si la promulga, a todos los locatarios a los que Trady S.A. le venda o alquile una parte del predio y a los vecinos que a sabiendas o sin saber avalaron esto con su firma Como vecina de esta ilegalidad les digo que lo que pretenden habilitar no es una industria
nueva. Por lo tanto tienen que cumplir con la Ley 11723 y el Decreto municipal 4780/05 y la correspondiente audiencia pública. A los efectos de que como funcionarios públicos y vecinos estén advertidos, es que les envío este mensaje para que estén avisados por cualquier adversidad que perjudique a esta comunidad.
La jugada del Pro y aliados fue la de aprobar un expediente sin mayores controversias en los últimos días de diciembre pasado. Pero algo falló. El proyecto oficialista se autoinculpaba. Pedía una habilitación fuera de lo usual porque la empresa no ‘cumplimentaba los recaudos previstos por el Código de ordenamiento vigente al no satisfacer el requisito de rubros considerados en la zona” es decir, solicitaba una serie de cuestiones que normalmente se terminan titulando como ‘excepciones’.
Por lo tanto, obtiene una ganancia extraordinaria a partir de un beneficio obtenido por la municipalidad.
La concejala Sofía Vanelli cuestionó en pleno recinto la falta de transparencia del Pro. Dijo, entre otras cuestiones, que el expediente se había incorporado un día antes del tratamiento en la sesión, lo que a todas luces impidió el análisis pormenorizado del pedido.
Pero además recordó que un mes antes había pedido un informe sobre Atanor, justamente solicitando datos sobre si existía una baja en la habilitación de la empresa y si se estaba en orden en relación con las cuestiones de contaminación, según las regulaciones a nivel provincial y municipal.
El oficialismo tenía todas las de ganar no solo porque tiene la mayorías legislativas, sino porque además oculta la información. Todavía hoy el intendente no brinda información a los concejales sobre esta escandalosa operatoria.
El Concejal Chocarro, del Pro, no se destacó por aportar información en su réplica. Solo dio dos precisiones: el predio fue vendido, pero Atanor va a seguir teniendo sus oficinas aquí y el afirmó que el Organismo Provincial para el Desarrollo Sustentable (OPDS) hizo una recategorización del predio.
Por supuesto que ello no explica la necesidad de la excepción. Penosamente argumentó sobre las supuestas bondades de los nuevos propietarios y los supuestos nuevos empleos que podría generar.
La ordenanza se aprobó y el ejecutivo rápidamente la promulgó. Pero el escandalo recién estaba comenzando ahora que avanza en la preocupación de los vecinos de Munro- Carapachay.
Una cuestión no menor queda pendiente. ¿Quién es la empresa beneficiada tan graciosamente por el Pro? ¿Qué antecedentes tiene como para justificar que por su inversión en el barrio va a mejorar a la comunidad? ¿Qué es Trady SA?
Para fines de enero el panorama ya se había enriquecido un poco más y Rosa Lobo y Sofía Vanelli sumaron al ex concejal Carlos Roberto y convocaron a los vecinos. Eran una dirigente peronista, una concejala del Frente Renovador y un dirigente socialista. Una pluralidad de la que carece el oficialismo, que ni siquiera contempla la participación de sus aliados radicales.
En la convocatoria explicaron que el barrio es de categoría residencial, por lo que no corresponde habilitar galpones, talleres, comercio mayorista y minorista, entre las múltiples concesiones regaladas a los nuevos dueños.
Que la consulta obligatoria a los vecinos afectados fue trucha. Los únicos que firmaron sobre la acera del megaproyecto - Albarellos 4914-, ¡son ellos mismos! Pusieron firmas en la misma dirección que pretenden habilitar. En el barrio se preguntan ¿Qué resulta cuando se suma ineptitud e impunidad?
Por otra parte, la esquina de G. Mendez y Albarellos es una bocacalle ocupada donde debía crearse un pequeño campo de deportes nunca realizado.
La convocatoria despertó interés y preocupación entre los vecinos afectados en esta zona. Vecinos que seguramente aspiran a que su entorno mejore y mejore su calidad de vida.
La oportunidad está al alcance y solo basta con que el municipio cumpla todas las normativas, abra las calles necesarias, construya espacios verdes, garantice la calidad de los suelos y destine este espacio de la ciudad a usos residenciales.
No es una utopía futurista. Es simplemente pensar en el bienestar de una comunidad.
Sin embargo, la administración entrega este espacio a una empresa que no tiene actividad en la web, que tiene un cuit reciente y que no puede garantizar ni siquiera lo que Chocarro y el oficialismo prometió en la sesión de diciembre.
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