LA CARTA MAGNA Y EL MACRISMO

Por Juan Disante

El 15 de junio de 1215, hace ya 804 años, el rey de Inglaterra Juan sin Tierra y varios monarcas más firmaron la primera Carta Magna conocida que da lugar constitucional al incipiente capitalismo y que termina por aplicarse 130 años después en forma universal para ser copiada por la mayoría de los países que iniciaban una ruptura con el sistema de producción medieval y de preeminencia de los señores feudales que controlaban la mayor parte de la explotación de las tierras. En aquél momento muchos reyes estaban acorralados por el vasallaje de los dispersos patriarcas que controlaban la mayoría de las haciendas productivas campesinas.

Dado que es decidido por un rey, es curioso que el acuerdo fuera para limitar la discrecionalidad arbitraria de cualquier monarca sobre la libertad y la vida, por lo que pone a Inglaterra en la iniciadora en instituir un poder central fuerte, lejos de la dispersión feudal que sólo se interesaba por la abusiva acumulación de ganancias con el apoyo de leyes y legislaciones históricamente retrógradas.

En ese sentido los esbozos de las primeras reformas capitalistas cumplían la importante función de deshacer y convertir en necrológicas todas las bases constitutivas del feudalismo, que llegado a ese punto, eran un verdadero freno al desarrollo de las fuerzas productivas y al interés general. Desde aquél momento y muy lentamente, la pelea entre el poder absoluto y todos los grados de libertad recorrió un largo camino y muchos mejores criterios de justicia se afianzaron en una lógica abierta incuestionable, hasta llegar a nuestros días a la Convención Americana de Derechos Humanos. El artículo 25 de la CADH dice: “Toda persona tiene derecho a un recurso sencillo y rápido o a cualquier otro recurso efectivo ante los jueces o tribunales competentes, que la ampare contra actos que violen sus derechos fundamentales reconocidos por la Constitución la ley o la presente Convención, aun cuando tal violación sea cometida por personas que actúen en ejercicio de sus funciones oficiales”.

La Argentina firmó los dictámenes de la Convención el 2 de febrero de 1984 y después fue ratificada por el Congreso, por lo tanto tienen fuerza constitucional, estando por encima de las leyes. Así y todo la Corte Suprema de Argentina que pidió el expediente de la causa contra Cristina de Kirchner, recibió nueve recursos con denuncias de irregularidades en el proceso legal contra la ex presidenta. Esto es, la Unión Cívica Radical se expidió contra la decisión de la Corte de pedir los expedientes correspondientes, calificando esa medida de “sorprendentemente inusual, y sería nada menos que para diluir los procesos judiciales que investigan a la ex presidenta Cristina Fernández de Kirchner”.

La conclusión obligada a las que nos hace llegar la UCR en concordancia con las aspiraciones macristas es que las resoluciones progresistas del Debido Proceso y Carta Magna están en riesgo en la Argentina y los métodos políticos invadiendo la Justicia sólo ven como posibilidad judicial cierta de sus intereses, el retroceso a 804 años atrás, a formas pre capitalistas feudales.

El Medioevo es el estado ideal de la historia de la humanidad que eligen los conservadores actuales para poder atarle las manos a los pueblos que se niegan a atrasar sus relojes. Los prefijos NEO, POS o PRO son otros artificios que usa el poder presente para encubrir su verdadero significado: VETUSTO, SINIESTRO, FRACASADO.