La Real Academia Macri
- Circo Criollo Revista
- 28 mar 2019
- 3 Min. de lectura
Yo domino, tú dominas…
Por Marcelo Obregón
Ilustración: Pati

Más allá de la sumisión obsesiva hacia las monarquías que demuestra el presidente de lxs argentinxs Mauricio Macri, lo más preocupante de su discurso es el total desconocimiento y negación que tiene hacia nuestras culturas preexistentes.
Lxs bolivianxs no hablaban boliviano, ni lxs peruanxs, peruano, ni lxs uruguayxs, uruguayo, ni lxs ecuatorianxs, ecuatoriano, ni lxs venezolanxs, venezolano, nuestrxs hermanxs de pueblos originarios tenían y en algunos casos preservan idiomas propios e identitatarios.
Incas, coyas, mapuches, güaraníes, charrúas y diversas naciones originarias más de latinoamérica con idioma propio, fueron invadidas y arrasadas por el español (y luego por el hombre blanco) que en pos de su dominio impuso una lengua para sustituir a otra con la intención de colonizar "desapareciendo" lo precedente.
El idioma es central para lograr identidad, porque es la herramienta soberana de comunicación y transmisión cultural de los pueblos.
Desde los símbolos en las piedras de la época de las cavernas hasta la escritura virtual que circula por internet hoy, los hombres y mujeres han ido dejando a sus sucesores las raíces de su historia, sus legados y sobre todo, el relato que une culturas existentes con las preexistentes.
El presidente Macri tiene muy en claro que la homogeneización de la lengua española que él tanto reivindica, fue y sigue siendo un arma de dominio colonizador de los imperios y por eso expresa convencido que aceptar el "sometimiento" hacia otra cultura es señal de modernización y progreso.
Macri no es más que el vergonzante representante en nuestro país, de los sectores genuflexos a las culturas imperiales a la cual han pretendido y reconocida como "superior". Mantiene vigente aún el "civilización ó barbarie" con el cual los "genocidas" Domingo F. Sarmiento, Bartolomé Mitre y luego Julio A. Roca, se propusieron construir el Estado argentino a fines del siglo XIX.
Esperemos que nuestrxs hermanxs de pueblos originarios, cuyxs antepasados dieron sus vidas en las luchas contra el colonizador, y que aún hoy la siguen dando reclamando genuinamente por sus derechos contra el Estado y contra las empresas y/o particulares que "invaden" sus territorios sagrados, puedan tener un espacio en donde su voz sea escuchada.
El idioma, la cosmovisión, la espiritualidad y la territorialidad, son cultura, son sinónimos de soberanía e independencia de nuestros pueblos originarios.
Esos pueblos que estuvieron presentes siempre en las luchas por nuestra libertad, desde 1554 cuando Leftraru (Lautaro) derrota y mata al sanguinario Valdivia, hasta el 1817 en donde San Martín acuerda con los longko mapuches para que sus hombres integren su ejército y además, sean ellos quienes le enseñen y señalen las rutas para la exitosa campaña del Cruce de los Andes que fuera fundamental para la libertad de Sudamérica.
Evidentemente, el presidente Macri, un "entreguista" de la primera hora e íntimo amigo de Joe Lewis como el lo expresa, todo esto desconoce y nada de esto le importa...
Cuando hablamos de interculturalidad, antes que nada deberíamos poner en práctica la Constitución, que desde la Constituyente de 1994 establece las normativas sobre los derechos de los pueblos originarios. Interculturalidad no es solo conocer y apoyar la causa de lxs otrxs, es "convivir respetando las leyes, los derechos, usos y costumbres de otras culturas que habitan un mismo territorio".
Esperemos que llegue el día que tengamos un presidente que pida perdón en nombre del Estado argentino, por lxs miles de hermanxs de los diversos pueblos originarios que habitaron este territorio y fueron asesinadxs cobardemente a lo largo de nuestra historia...
Quizás de esta manera, podamos también decir el NUNCA MÁS! que todavía no hemos dicho...
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