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Mala Mia

  • Foto del escritor: Circo Criollo Revista
    Circo Criollo Revista
  • 4 may 2019
  • 2 Min. de lectura

Por Marcelo Obregon

Cada vez que Marcos Peña Braun, jefe de gabinete del gobierno de la Alianza Cambiemos, asiste a dar respuestas al Congreso sobre las políticas llevadas adelante por el presidente Mauricio Macri Blanco Villegas, siempre termina afirmando que estamos por el camino correcto.

En la apertura de las legislativas de este año, el primero de marzo pasado, el mismísimo presidente afirmaba al cierre de su discurso "surrealista" , con elevado y nervioso tono de voz: - la Argentina es nuestra - mientras una caterva de obsecuentes aplaudían de pie para ratificar las políticas desarrolladas hasta este momento.

Resulta muy difícil aceptar las afirmaciones de Marcos Peña Braun y de Mauricio Macri Blanco Villegas, sobre todo cuando observamos el crecimiento de la indigencia, la pobreza, la inflación y la desocupación, en los datos que arroja el INDEC cada trimestre.

Para ello, solo debemos conocer parte de nuestra historia, la que transcurre a fines del siglo XIX, más precisamente a partir de 1880, en donde un grupo de hombres conducidos por el genocida Julio A. Roca conocidos como "La generación del 80", piensa, diseña y pone en práctica un modelo de país para el futuro, con una sociedad atada al orden, al progreso, a la paz y a la modernidad.

Ese modelo, a grandes rasgos, tenía dos características muy fuertes:

- Era agroexportador y toda la economía dependía de ello.

- Era conducido y llevado adelante políticamente por una elite gobernante, compuesta por familias patricias y aristocráticas, la cual tomaba absolutamente todas las decisiones.

Cualquier parecido con la realidad, no es casualidad...

Hoy, al igual que ayer, estamos en mano de un grupo de elite CEOcrático que nos gobierna, en donde se mantiene la tradición de sostener a oligárquicos apellidos ilustres de antaño, sumados a representantes autóctonos que defienden los intereses de sectores financieros y empresariales extranjeros, en perjuicio del bienestar del resto de la sociedad.

Por ello, debemos pensar que cuando el jefe de gabinete y el presidente reivindican las políticas llevadas a cabo por su gobierno, no hacen ni más ni menos que hablarle al sector que representan, el que verdaderamente se beneficia con este modelo. Según datos del INDEC, fuente estadística oficial, los únicos sectores que han obtenido ganancias extraordinarias son el sector financiero (los bancos), las energéticas (prestadoras de servicios) y algunos sectores de concentración de granos exportables ( pooles de siembra ).

En un año electoral como el presente, mucho todavía es el camino a recorrer. Comienza a generarse una unidad en un amplio sector de trabajadorxs para demostrar su descontento en acciones en "la calle". La huelga es un hecho inminente.

Desde sectores de intelectuales y periodistas se escuchan y leen diversas opiniones críticas al modelo llevado adelante por Mauricio Macri. Así como también, empresarios PyME, pequeños productores regionales frutihortícolas y del agro, comerciantes, cuentapropistas, expresan su descontento.

Estos sectores pertenecientes al campo popular, son los que, como en 1880, no son parte de lo que interesa a este gobierno, por el contrario, son los que deben "soportar" todas las vicisitudes que esta realidad ofrece porque "pasaron cosas", mientras otros acumulan riquezas extraordinarias y las "fugan" al exterior.

De aquí en más nos queda seguir aceptando ser "lxs excluidxs del sistema", ó comenzar a construir "inclusión" a través de elegir un modelo de país con un proyecto totalmente diferente al actual.

De nosotrxs depende...


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