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PRIMER PASO EN LAS ELECCIONES

  • Foto del escritor: Circo Criollo Revista
    Circo Criollo Revista
  • 31 jul 2019
  • 3 Min. de lectura

Sobre Jorge Macri y el sistema de corrupción municipal

A días de las elecciones para candidatxs a Intendentx, concejalxs y consejerxs escolares en el municipio de Vicente López, la cuestión central que se dirime, a nuestro juicio, es sobre el tipo de gestión urbana que tendremos en los próximos 4 años.

La cuestión no se trata solamente de cómo se administran los recursos públicos en el municipio, es decir, si hay muchas camionetas ploteadas, o si se instalan rampas, se asfalta o se recoge la basura. Sobre este punto podemos encontrar tantas cuestiones bien resueltas como tantas deficitarias, sobre todo teniendo en cuenta la desigual distribución de los servicios entre los diferentes barrios del partido. Si no sobre cómo se gestiona la cuestión del territorio.

En ese sentido, aunque algunos no lo recuerden o tal vez no lo sepan, el propio Jorge Macri se propuso modificar el sistema de gestión del territorio que el mismo definió como corrupto y que se estructura en torno de las excepciones al código de ordenamiento urbano.

Básicamente la cuestión gira sobre las posibilidades de construcción y uso que cada sector del municipio tiene definida por ordenanza y que las llamadas excepciones alteran, favoreciendo a ciertos inversores en sumas muchas veces millonarias, desvalorizando en la mayoría de las veces las propiedades de los vecinos de estas obras. De esto se trata: el sistema.

El sistema en sí, no solo NO fue alterado, sino que su despliegue ha sido aún más pronunciado que en el pasado. Más de 500 excepciones se han votado en el HCD en los últimos años gracias a que cuenta con un bloque con mayoría propia.

Sin embargo, la campaña oficialista nos propone que lo reelijamos para seguir “haciendo cada día mejor las escuelas, la salud, las plazas, la seguridad y mucho más”, que es como decir una campaña Lassie, de tan buenos que son.

Pero además de los spots publicitarios y la cartelería publicitaria, el Macrismo se esfuerza por estar con la gente común, derogando por unos instantes las jerarquías sociales que la política económica nacional promueve y profundiza.

Este estar con ‘la gente’ puede seguirse cotidianamente en las redes, en donde nos enteramos de las caídas terrenales de estos dioses del olimpo, que son tan dioses que no los salpica ni una paloma.

Así, vemos al jefe comunal visitar las obras en el Club Defensores de Olivos, “obras” que no son más que una refacción de un baño, pero que en la jerga del status, es “una puesta en valor”. O mirar los planos de las obras del Paseo de la Costa, en la calle misma, como si fuera que estuviera controlando la gestión del contratista o algo así.

Poses que se complementan con la visita al centro de Zoonosis, con las recomendadas fotos acariciando un perrito.

El reparto de fotos no termina en el universo de la gestión, sino que también tiene su costado sensiblero y electoralista, visitando el Centro de la Tercera Edad, junto con la Diputada Graciela Ocaña y el ex opositor local, Adrián Pérez.

La agenda incluye una profusa red de medios locales y nacionales que se anotan en los reportajes que luego las redes se encargan de reproducir.

Digámoslo todo, una parte de nuestro electorado ni se entera de estos deslices de Jorge, simplemente percibe cierta empatía por la gestión municipal cargada de esnobismo, modernidad y formas progres para gente bien. Un toque de Hippie Chic.


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