Y un día la política se sacó una foto

Por Ariel Lombardo

Ustedes disculpen, no es ella la que volvió, no se trata de ésta o de otra Cristina, de la calma o el conflicto, o siquiera de los modos, se trata de política. La política como responsabilidad, como esperanza de construcción, de cambios en la realidad que hoy es acuciante, de las cuatro comidas para todas las personas, de colegios públicos seguros y contenedores, de hospitales públicos con camillas, y también, permítanme el atrevimiento, de gente comprando en almacenes, en casas de electrodomésticos, de empresarios ganando guita, de laburo, de jubiladas y jubilados comprando todos los remedios de la receta, de pibes jugando a lo que sea en los clubes del barrio, de restaurantes pensando cómo hacer mejores comidas y no buscando vender las sobras para compensar el desastre, se trata de esa dignidad que vaya a saber que mecanismo perverso logró convencer a millones que era una fantasía, como si prender el aire con 40 grados fuese un acto de injusticia, como si contar monedas para ver si puedo llegar al laburo la última semana del mes fuese un romántico despertar a la realidad del esfuerzo para obtener ese premio que nunca llega.

Va siendo hora de callar meritócratas que antes se la ganaban con su laburo y ahora no pueden por la pesada herencia, de evasores que levantando el índice claman por el fin de la contención social que dicen sostener con impuestos que no pagan, de explicar que los derechos son derechos, y no la limosna de nadie; porque un solo pibe, una sola piba con la mano extendida en la vereda no es el puntapié inicial de nada más que del dolor en el traste de personas con un gramo de empatía.

Cada momento es cada momento, parece una obviedad, pero en política es toda una definición, no sé ustedes pero yo prefiero el barro del camino a la dignidad del pueblo que la imbécil comodidad de esperar las sobras, y éste momento no es para tibios ni puristas que se sientan escribir en sus compus la indignación del hambre mientras googlean lo que dijo hace 6 años ese que está en la foto. Ya estamos bien de desafíos de blancura mientras miramos de reojo las patas embarradas de inviernos descalzos.

No hay hambres necesarios, desocupadas y desocupados tomando carrera, no hay fábricas cerradas con esperanza ni apuestas, ni pibes sin morfar que el día de mañana tengan escuelas de calidad, no hay futuro para abuelas ni abuelos sin remedios ni personas con discapacidad haciendo trámites para que no les afanen la esperanza, ese es el sueño de los dueños de casi todo transformado en la pesadilla de casi todos, de casi todas.

Es que no es ella la que volvió, ¿no se dan cuenta?, todo eso junto se sacó la foto, porque lo que volvió es la política.